Los tallarines mágicos.
La abuela Lucía había invitado a su nieto Tomás y a sus amiguitos a comer pastas caseras.
Sus manos blancas,como parte de magia,supieron convertir una montaña de harina,
algunos huevos,un poco de aceite,agua y sal en una deliciosa y humeante fuente de tallarines.
Mientras los niños se lavaban las manos,la abuela fue al comedor a poner la mesa.
En ese instante,unos pajaritos traviesos que descansaban en un poste de la vereda, vieron por la ventana los tenedores fideos y sin pensarlo dos veces volaron hasta allí y se
metieron en la cocina para comérselos.
Estaban por meter sus picos cuando los tallarines empezaron a moverse,comvirtiendose en unas espantosas lombríces rojas que se retorcían asquerosamente,aterrorizando a los
pajaritos que huyeron espantados.
Entonces la abuela entró en la cocina,espolvoreó los tallarines con queso rallado y los llevó
a la mesa,donde los niños disfrutaron de un delicioso almuerzo.
Dicen en el barrio que la abuela Lucía tiene poderes mágicos y las aves traviesas,desde ese día,vuelan siempre por la vereda de enfrente.
Pancho Aquino
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